A la hora de buscar un empleo, el curriculum es la carta de presentación de todo aspirante; su organización y presentación serán aspectos clave para que el o la representante del departamento de recursos humanos de una empresa nos incluya o no como posibles candidatos, al margen de los conocimientos y experiencia que podamos aportar. Y dentro de esos elementos clave, la fotografía de curriculum es, con diferencia, el más importante de todos ellos.
A diferencia de lo que sucede en muchos países de tradición anglosajona, donde la inclusión de la fotografía en el curriculum es algo que no está bien visto pues podría ocasionar discriminación, en los países de habla hispana es una tradición ampliamente extendida, casi una norma de obligado cumplimiento no escrita, que también se ha trasladado al formato digital.
Efectivamente, en la actualidad el currículum en papel ha dejado paso, especialmente en determinados sectores, al formato digital: páginas web donde puedes “colgar” y compartir tu currículum, blogs creados a modo de currículum y por supuesto, redes sociales como LinkedIN, verdaderos currículums digitales.
En todos estos casos, al igual que con el curriculum impreso, tres tipos de fotografía de retrato pueden ser utilizados: el primer plano, el plano medio y el plano general.
De entre estos tres tipos de retrato digital para curriculums, el más aconsejable es el plano medio pues por sus características propias (muestra el torso y el rostro del retratado) permite ajustar la información que deseamos transmitir: nuestra expresión, la ropa que llevamos puesta, parte del entorno en el que nos desenvolvemos, etc.
Por el contrario, el primer plano, además de resultar intrusivo, obvia información sobre la persona, justo lo contrario de lo que ocurre con el plano general, que podría mostrar más información de la estrictamente necesaria y que, en ocasiones, podría jugar en contra del candidato.