En 1932 Edwin H. Land fundó los laboratorios Land-Wheelwright, que en 1935 ,adoptarían el nombre que actualmente conocemos como Polaroid.
La comercialización del producto comenzó en 1937. Tenía tantas aplicaciones que pronto tuvo gran éxito y 10 años después, ante la Sociedad Óptica Estadounidense, Polaroid presentó la primera fotografía instantánea: una cámara que revelaba y positivaba la imagen en tan solo 60 segundos. Este invento se convertiría en el buque insignia de la empresa hasta la aparición de la fotografía digital.
En febrero de 2008 Polaroid anunció el fin de la fabricación de película para sus cámaras, que dejó de fabricar en 2007. Pero actualmente, quizá el gusto de la sociedad por la moda vintage o retro, la marca ha vuelto a renacer y se encuentra en una fase de reposicionamiento en el mercado, buscando productos nuevos que fabricar aprovechando las sinergias con sus anteriores productos y realizando una transición al mercado digital.
El uso de estas cámaras en un evento puede suponer una actividad muy llamativa para los invitados. Además de realizar el tan conocido photocall al comenzar la velada con expertos y equipos de fotografía profesional, una pequeña sesión de polaroids puede llegar a ser muy divertida. Las fotografías hechas por las cámaras profesionales nos aportarán una serie de fotos de gran calidad y con ellas podemos realizar un gran reportaje posterior al evento como memoria del mismo. Pero las fotos polaroids, aún con peor calidad, tienen una aceptación muy positiva y pueden servir como uno de los regalos para los asistentes.
Las polaroids muestran las escenas naturales del momento, son fotos frescas y espontáneas en las que las personas se muestran tal y como son. Y lo mejor es que en tan sólo unos segundos, pueden obtener su imagen impresa.