Dentro de las diferentes especialidades existentes en el sector fotográfico profesional, la fotografía de cuadros y obras de arte en general es, sin lugar a dudas, la más precisa y perfeccionista, la que mayor dedicación requiere y, por tanto, la más especial.
Si en la fotografía de bodas o comuniones, o en los book de fotos de actores, modelos, parejas o grupos entre otros existe una total libertad en la búsqueda de diferentes efectos de luces y sombras, filtros, etcétera, la fotografía de obras de arte huye de todo ello constituyéndose como el más claro exponente del fiel reflejo de la realidad.
La fotografía de un cuadro debe refleja dicho cuadro con la mayor exactitud posible de ahí que resulte tan importante contar con un fotografo de cuadros y obras de arte en Madrid que sea capaz de cumplir al cien por cien con el objetivo último y esencial de esta especialidad: la reproducción fidedigna de la obra fotografiada.
Al tratarse de un tipo de fotografía tan precisa y exacta, tan “pura”, requiere de la puesta en práctica del máximo de conocimientos y experiencia y por tanto, sólo un auténtico profesional de la fotografía de cuadros y obras de arte será capaz de aplicar las técnicas más precisas, acertadas y adecuadas que confluyan en la consecución de tal objetivo.
Para ello, para lograr la máxima fidelidad en la reproducción de la obra de arte fotografiada, el fotógrafo de cuadros y obras de arte en Madrid deberá conjugar los tres pilares básicos de esta especialidad relacionados con las gestión de la luz:
- La ausencia absoluta de brillos, para lo que deberá dominar el uso de todo el instrumental y técnicas que tienen que ver con la luz: lámina, flashes, halógenos…
- Una iluminación homogénea que, además de lo anterior, implica alcanzar una correcta posición, distancia y ángulo de las fuentes de luz.
- La fidelidad del color, esencial para garantizar que los colores de la fotografía se corresponden en lo máximo posible con la obra de arte original
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