El éxito de un buen catálogo comercial se encuentra en la fotografía profesional de productos y moda. Como ya hemos comentado en otras ocasiones se basa en el lema “una imagen vale más que mil palabras”. El catálogo depende completamente de la calidad de sus imágenes, si éstas tienen un buen acabado el consumidor se sentirá tentado a comprar el artículo.
Al abrir un catálogo, impreso u online, la atención tiene que concentrarse en los productos. Una buena fotografía resalta el objeto en sí sin necesidad de añadir adornos ni florituras que distraigan al consumidor. Lo que prima al final es el objeto y a través de la luz y las texturas hay que destacar sus mejores atributos con el fin de seducir y atraer a los clientes potenciales.
Sin embargo, a parte de atraer clientes la fotografía profesional de productos debe motivar la satisfacción tras la venta, es decir, no incurrir en expectativas alejadas de la realidad. Y para ello las imágenes tienen que ser fieles tanto a la marca del producto como la línea corporativa del catálogo.
Las posibilidades, frente a la cámara, de cada artículo también dependen de su naturaleza física y comercial. No es lo mismo hacer fotografías de alimentos que hacer fotografías de muebles, aunque compartan un mismo objetivo.
Los fotógrafos con experiencia en este sector conocen todas estas vicisitudes y saben como sacarle partido a cada producto. Así consiguen fotografías profesionales de productos que seducen por sí solas a la vez que se mantienen dentro de una línea estética propia de cada marca.