La iluminación es clave en cualquier fotografía. La propia palabra “fotografía” proviene de los términos griegos phōs (luz) y grafḗ (conjunto de líneas, escritura), por lo que podría definirse como el arte de escribir con la luz.

La fotografía publicitaria tiene que conseguir que el producto o servicio que intenta vender capte toda la atención de un público objetivo, que se vea reflejado en la imagen que está observando y que lo asocien a la marca que lo vende. Para ello tendrá que valerse de la iluminación como herramienta primordial y más influyente en el resultado final.

El campo de la fotografía publicitaria es tan variado como el número de formas de iluminación, encuadres, composición y escenarios que puede utilizar. Sin embargo, es muy importante tener claro desde el principio que hay que adaptarse a las necesidades del producto. No consiste en utilizar formas de iluminación complicadas, más bien en utilizar la iluminación más adecuada para ofrecer una imagen atractiva del producto a la vez que se respeta la identidad de la marca.

Hay dos factores básicos que condicionan la iluminación en una fotografía: Aquello que se capta con la cámara y el lugar dónde se capta. La iluminación dependerá de si la fotografía es de un objeto, una persona o un paisaje y de si se toma en un estudio, en un interior o en el exterior.

A parte de esto, la libertad que brinda la Fotografía de Publicidad permite jugar y experimentar con diferentes tipos de iluminación en beneficio de la idea que se quiere transmitir.

Un comentario

  1. Efectivamente. La fotografía publicitaria debe estar orientada a un público determinado con el fin de captar su atención. De no ser así puede que nadie se sienta representado y por tanto, el efecto deseado simplemente desaparece.

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